MANU: COMBINACION PERFECTA ENTRE TALENTO Y TRABAJO
By Leandro Ginobili
A pedido de Silvia, ama y señora de este blog voy a intentar plasmar con palabras que no solo el talento que Dios le da a un ser humano para una tarea específica es importante para trascender sino que a ese talento natural hay que ayudarlo con trabajo, mucho trabajo.
Ese trabajo adosado a la siempre necesaria dosis de suerte, circunscribiéndonos solo al mundo deportivo, convierte a un muy buen jugador en una estrella, de esto estoy plenamente convencido y Dios quiso que tuviera un ejemplo en mi familia.
Recuerdo, a fines de los 80 cuando iba a ver a Manu dando sus primeros pasos en el basquetbol, en nuestro club de toda la vida, Bahiense del Norte cada uno de mis conocidos que lo veía jugar ya de chiquito decían la misma frase: “este va a ser el mejor de los tres” (cabe aclarar que somos tres hermanos, Manu el menor, todos jugadores de basquet) y no le erraron en nada, no hace falta aclararlo.
Manu jugaba al basquet por el mismo motivo que lo hicimos nosotros, porque lo amábamos, porque nos gustaba, tal vez ayudados por pertenecer a una familia y a una ciudad, Bahia Blanca, sumamente basquetbolera si se me permite el término.
Nunca pensamos en el basquet como un medio para salvarnos económicamente, como sucede actualmente con muchas familias donde hay un joven deportista con ciertas aptitudes y aunque tenga 10 años ya le prestan el oído al primer chanta que aparece con aires de representante o manager.
A partir de la irrupción de sus hermanos mayores en la Liga Nacional Argentina, Manu se puso como objetivo prioritario llegar a lo mismo y empezó a trabajar para lograrlo, tanto trabajó y luchó para conseguirlo que creo que venció a la propia naturaleza.
Naturaleza que según estudios médicos le iba a dar a los sumo 1.85 de estatura (Manu al saberlo estuvo llorando durante una semana) cuando sus hermanos medían más de 1.90, sabiendo de esto creo durmió hasta colgado para lograr estirarse y terminó venciendo ese pronóstico llegando al 1.98 actual.
Mas alla de esta anécdota no todo fue color de rosa en su carrera, recuerdo cuando tuvo que mudarse a su primer club profesional con apenas 17 años, su destino La Rioja distante 1300 kms de su Bahia Blanca natal pero ansiaba tanto jugar en la Liga que nada importó.
Lógicamente el comienzo no fue sencillo, a su período de adaptación se le sumó ser parte de un buen equipo donde sus minutos en cancha escaseaban, igualmente nadie iba a poder sacarle de la cabeza que estaba en el lugar donde siempre quiso estar e iba a seguir trabajando para ganarse definitivamente su lugar.
Y vaya si lo logró, al retornar a su ciudad natal para jugar en Estudiantes durante dos temporadas, la 97-98 y la 98-99 su crecimiento no tendría techo hasta ser el lider de su equipo y conducirlo a las semifinales del torneo, torneo que le sirvió para dar el salto hacia Europa cuestión que siempre prefirió sobre diferentes ofertas de universidades americanas.
Otro momento difícil, una nueva prueba a su temple significaría su desembarco en tierras italianas, mas precisamente en Reggio Calabria. País e idioma desconocidos por completo donde arribaría con apenas 22 años para jugar la segunda división del basquetbol italiano.
Sus problemas de adaptación, de idioma, de costumbres se terminarían cuando la pelota fue al aire y comenzó a hablar en su idioma favorito, el basquetbolístico, continuando con la explosión en su juego experimentado en Argentina, logrando el ascenso en su primer año y luego un histórico quinto puesto con el mismo y modesto equipo en la poderosísima Lega Italiana.
El poderosísimo Virtus Bologna, unos de los clubes mas importantes de Europa en esos momentos, iba a posar sus ojos en Manu, lugar donde terminaría de moldear su juego tanto ofensivo como fundamentalmente defensivo para convertirse durante los dos años de permanencia en dicho club en uno de los mejores jugadores de Europa comenzando a ganar todo lo que se le ponía en el camino tanto a nivel equipos (2 copas de Italia, 1 scudetto y 1 Euroliga) como a nivel individual (MVP en todos esos torneos).
Mas allá de lo narrado anteriormente hubo un golpe de suerte en su pase desde Reggio Calabria hacia la Virtus Bologna donde fue contratado para darle descanso a tal vez el mejor escolta de toda Europa, el serbio Sasha Danilovic jugador que en plena pretemporada decidió sorpresivamente retirarse de la actividad profesional por lo que Manu paso de actor de reparto a protagonista en un abrir y cerrar de ojos cuestión para lo cual estaba más que preparado.
Como dijimos al principio de esta narración no solo el talento es suficiente, hay que adosarle trabajo y mucho y ser ayudado por la suerte que te puede dar un empujoncito pero que puede convertirse en un empujoncito al vacío si no estas preparado tanto mental como físicamente para dicha oportunidad.
Escucho a miles de chicos, pequeños deportistas y otro no tan chicos que dicen y piensan para que voy a seguir entrenando, haciendo pesas, si juego apenas unos minutos o nada, pues bien nunca se sabe cuando aparecerá la oportunidad de mostrar nuestro talento por lo que hay que estar siempre preparado.
Preparado como lo estuvo para dar el gran salto a la NBA, nuevamente debería comenzar de cero, nada de lo logrado en Europa serviría para algo, debía demostrar que podía jugar en el mejor basquetbol del planeta y dejar el protagonismo, los titulares de los diarios y el estrellato bien ordenadito en el placard transición que no pudieron manejar monstruos del basquet FIBA como por ejemplo el malogrado croata Drazen Petrovic y el lituano Arvidas Sabonis.
Bruce Bowen hace poco reveló que cuando llegó Manu a San Antonio en las prácticas le tocaba defenderlo y lo hacía con la malicia ya característica de tal vez el mejor defensor externo de la NBA agregándole siempre con algún que otro golpe de mas para saber de que estaba hecho este jugador nacido en un país que no sabía ni donde quedaba, no hace falta aclarar que la prueba la pasó con suficiencia, además de poner en el mapa a la Argentina y hacerla conocida para unos cuantos amantes de este deporte.
En sus primeros meses en la NBA jugaba realmente muy poco y cuando lo hacía casi no tocaba la bola absorbida en su totalidad por sus compañeros Duncan, Robinson y Parker por lo cual nosotros, su familia, estábamos preocupados por su estado de ánimo, lo llamábamos seguido para apoyarlo, para preguntarle como estaba hasta que se hartó y nos dijo claramente “me pueden dejar en paz, estoy muy bien y tengan claro que estoy en el lugar donde siempre quise estar” y vaya si tenía razón!!!
Muchos se llenan la boca hablando de Manu con el producto ya terminado, ya siendo una figura del basquet mundial, desconociendo el camino que transitó para llegar al lugar donde llegó, que quede claro que fue un camino lleno de obstáculos que no solo, repito, con talento pudieron ser superados, el trabajo, el sacrificio y los objetivos bien claros fueron vitales para convertirse en quien es.
Y cómo él estoy seguro que unos cuantos más, actuales cracks, de diferentes deportes no pasaron de mendigo a millonarios de la noche a la mañana siempre hay detrás una historia digna para ser contada, y yo intenté contar la que conozco, la de mi hermano menor, la de tal vez el mejor jugador argentino de todos los tiempos, juro que intenté ser lo mas objetivo posible pero muchas veces se me hace imposible, tal vez no tanto en lo estrictamente deportivo pero si en lo personal ya que lo que mas orgullo nos da como familia es que Manu a pesar de lo que consiguió y de ser quien es sigue siendo en esencia la misma persona que se fue con su bolsito a recorrer los 1300 kms que lo separaban de su primer destino profesional hace ya casi 15 años.
LEANDRO GINOBILI
Comments
I cannot tell of the times Silvia drove me crazy in wanting me to geive her updates of the progress of the spurs during the playoff games, keeping her updated as to when manu scored or whatever he did. she loves they guy as a basketball player. She has to be one of his greatest fans. But what i sense from the story is also the pride of a brother in what his brother has accomplished in his greatness of thw world of basketball. silvia informed me this sotry was writtne by Manu's brother, Leandro Ginobili. This is a great article and tribute Leandro has payed to his brother and u can feel the pride in his words. Oustanding story about a brother wrote by an admiring brother.
I have joked about my friend Silvia and her craziness for the game and Manu and it is all true. She loves the game and is proud of her fellow contryman.... As is also his brother Leandro and i am sure all his fellow countryman. great article and glad to have read it
From Cleo in San Deigo Calif
somtimes a friend of Silvia lol
Luciana Zoé Terigi
Daniel
Saludos desde Tucuman.
Janette