La cantera del mundo está en la ex Yugoslavia

por Leandro Ginobili, Fox Sports International


Hay una escuela basquetbolística admirada por los argentinos y que, más allá de las divisiones políticas que viene sufriendo desde hace 20 años, sigue siendo con diferentes nombres propios la cantera del básquetbol mundial.
Saquemos por supuesto a los mejores: Estados Unidos, que por organización, historia, cantidad de habitantes y el fundamental componente, la raza negra, lo convierten en una usina permanente de jugadores que enriquecen las ligas de todo el planeta, además de la propia lógicamente.

La escuela a la que haremos mención es la de la ex Yugoslavia, un país que dominó el básquetbol FIBA desde la década del 60 (2 oros, 4 platas y 1 bronce en Juegos Olímpicos y 4 oros, 3 platas y 2 bronces en mundiales) hasta fines de los 90, donde dejó de existir como país para dividirse. Todos siguieron siendo potencias, basquetbolísticamente hablando.

Los jugadores de origen eslavo eran muchas veces prioridad para reforzar los grandes equipos europeos por sobre los norteamericanos antes de la Ley Bossman. Cuando estos países ingresaron al mercado común europeo se produjo una invasión de jugadores ex yugoslavos en las ligas más importantes de Europa (España, Italia, Grecia y Rusia).

Ahora, Eslovenia, Serbia, Macedonia, Croacia, Bosnia y Montenegro compiten como estados independientes en detrimento de otros países que vieron como sus posibilidades de llegar a puestos de privilegio o clasificar a las competencias mundiales disminuían considerablemente. Tal es el caso de Italia, Francia y hasta la propia Rusia, en este último Europeo.

Antes se peleaba contra una sola potencia. Ahora son al menos cuatro dada la reciente independencia de Bosnia y Montenegro. Igualmente, que a nadie sorprenda que en breve, ambas estén luchando por una plaza en un Mundial o Juego Olímpico.

De los 16 equipos que participaron en el último Europeo (había que clasificar al mismo), cuatro (el 25%) eran integrantes de la antigua Yugoslavia: Serbia, Eslovenia, Croacia y Macedonia.

De esos, tres lograron la clasificación al Mundial de Turquía 2010. Tres plazas de las seis disponibles. ¿Hace falta decir algo más sobre el poderío de estos países?

Podemos aludir que España tiene una generación impresionante al igual que Argentina. Pero si bien han predominado en la última década todavía están lejos de los casi cincuenta años de generaciones brillantes de los países eslavos.

Jugadores de la talla de Petrovic, Kukoc, Danilovic, Divac, Nesterovic y Dalipacic, por nombrar sólo algunos de los más contemporáneos, son un gran ejemplo. Son jugadores con el biotipo adecuado para jugar basquetbol, sumado al talento natural y una habilidad poco usual para moverse con mucha facilidad pese a sus envergaduras.

Los yugoslavos, entre los de raza blanca, son los más parecidos a los de raza negra, por lo menos en ese aspecto.

En ocasión del último Mundial disputado en Japón tuve la oportunidad de charlar con periodistas de Serbia. Entre muchos temas interesantes que tocamos me dijeron que en un estudio científico realizado a nivel mundial se llegó a la conclusión de que la gente más alta del planeta nace en una zona de unos cien kilómetros cuadrados entre Croacia y Serbia. Vaya si lo aprovechan.

Realmente es digno de elogio que un país que ha sufrido tantas divisiones y guerras sangrientas haya podido mantenerse en lo más alto, a nivel deportivo.

Así como en Brasil salen los mejores futbolistas, no es casualidad que en esta región se produzcan grandes valores del básquet. Lo llevan en la sangre.

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