A seguir disfrutando de Fabricio-Fox Sports Latin America -By Leandro Ginobili
POR LEANDRO GINÓBILI
Podría hablar del gran inicio de los Spurs, de las andanzas del nuevo gran trío de Miami, de la vigencia de los Lakers o de la sorpresa agradable que son los New Orleans Hornets de la mano de un increíble Chris Paul.
Pero creo que todos estos temas quedan de lado por un campo de distancia, después de la noticia del intempestivo e inesperado retiro de un gran jugador y mejor persona, pionero de la generación dorada argentina, un líder silencioso, un tipo que se hizo a fuerza de trabajo y sacrificio. Lógicamente estamos hablando de Fabricio Raúl Jesús Oberto.
Un grande que le dice adiós al básquet merecía su homenaje. (Harry How/Getty Images)
El cordobés, al cual se le había detectado una arritmia cardíaca durante su última temporada con los Spurs, que trató y solucionó con especialistas texanos, tuvo una llamada de atención importante luego de un juego con su nuevo y flamante equipo, los Portland Trail Blazers frente a Milwaukee Bucks, el 2 de Noviembre pasado.
Había jugado sólo 4 minutos. Una vez en el vestuario su corazón no paraba de latir, como si hubiera disputado los 48. Se sentía extraño, con mareos y vértigo, pero sobre todas la cosas preocupado, preocupación que no cesó en toda la noche, pero esta vez la que trabajaba a una velocidad inusitada era su cabeza, que no dejaba de pensar en lo que había sentido unas horas antes.
Recordemos que además de su reciente intervención, donde se le practicó una especie de reseteado cardíaco para que el corazón comenzase a funcionar normalmente, durante sus inicios en el basquetbol profesional en Argentina hizo una gran amistad con otro cordobés, Gabriel Riofrio, que a la edad de 23 años falleció de un paro cardiorespiratorio durante un juego de la Liga Argentina. Fue un duro golpe para el básquetbol nacional y aún más para Oberto, que desde ese momento juega con las iniciales de su malogrado amigo escritas en sus zapatillas y a quien siempre ha dedicado especialmente cada uno de sus grandes logros tanto a nivel equipos como con la Selección Argentina.
Sin dudas que esa historia debe haber pasado una y otra vez por su mente y ya a los 36 años, habiendo ganado casi todo lo que se puede lograr (Liga Argentina, Liga Española, oro y bronce olímpico y anillo de NBA, entre lo más destacado), habiendo jugado 3 Juegos Olímpicos y 4 Mundiales, decidió por primera vez poner su vida y su familia delante del básquetbol. Y lo bien que hizo.
Oberto fue un ejemplo de entrega, compañerismo, sacrificio e inteligencia para jugar al básquetbol. No fue el más fuerte, no fue el más rápido, no tenía un tiro infalible, pero todos los técnicos y compañeros lo amaban, lo querían de su lado porque hacía lo que fuese necesario para ganar, dejando de lado cualquier tipo de “vedettismo” individual.
Una definición que lo describe perfectamente la hizo Gregg Popovich, head coach de los Spurs: “Fabricio es el peor jugador que mejor juega al básquet”, frase que resume lo valioso que fue Oberto para cada uno de sus técnicos y en especial para Pop, que siempre amó la manera de jugar del cordobés.
Se retira un enorme jugador y una mejor persona. Gracias a Dios, a la segunda la seguiremos disfrutando por mucho tiempo más. Eternamente gracias Fabricio, particularmente de parte de todos los argentinos. Si todos “laburáramos” con tu dedicación, altruismo y bajo perfil, tendríamos un país mucho mejor.
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